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Archivos Mensuales: marzo 2017

Mecanismo de acción de los fármacos en la terapia antialérgica.

Mecanismo de acción de los fármacos en la terapia antialérgica.

Dr: Rafael Tobías Blanco Vilariño.

Médico Microbiólogo Clínico.

Universidad de Carabobo- Valencia- Venezuela.

BLOQUEO DE LOS RECEPTORES.

Para mejor comprender el principio terapéutico y farmacocinética de estas patologías, tenemos que recordar el que en el interior de los Mastocitos y Granulocitos basófilos y otras células involucradas como epicentro de estas reacciones de hipersensibilidad por la IgE, el que existen mediadores químicos o mensajeros intracitoplasmáticos, que responden directamente a los estímulos de los receptores membranosos: Alfa-receptores, Beta-receptores, H1, H2-receptores, etc, que son los que debemos bloquear farmacológicamente con las drogas anti-alérgicas.

Receptores “H1”:

Este tipo de receptor predomina a nivel de rinofaringe y a nivel cutáneo-mucoso, en comparación con su escasa distribución Bronquial, siendo este el motivo por el cual las drogas que bloquean a estos receptores, sean muy efectivas en las alergias rino-sinusales pero no en el Asma bronquial alérgica. Dichos receptores pueden ser bloqueados por mecanismos de competencia farmacológica, tal como lo logramos con la Difenhidramina, la Ciproheptadina, Clorfeniramina y la Prometazina, drogas estas que al tener la capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica, bloquearán a los receptores “H1” que se encuentran a este nivel, donde actúan en el mantenimiento de nuestro estado de vigilia, siendo ésta la causa por la que estos fármacos nos inducen un estado de somnolencia. Afortunadamente los bloqueadores de nueva generación carecen de dicho efecto al no poder atravesar dicha barrera, ellos son: la Loratadina, Terfenadina y el Astemizol.

Recordemos que los receptores “H1”no predominan a nivel bronquial, por lo que los fármacos bloqueadores como: astemizol, terfenadina y loratadina no poseen un efecto terapéutico significativo a este nivel. Mientras que el predominio de los Receptores Beta-2, a este nivel, nos explica el efecto inmediato de la Adrenalina, Terbutalina y Salbutamol , productos que sólo logran condicionar una mejor ventilación e intercambio gaseoso, pero que no poseen efecto alguno sobre el conflicto alérgico agudo o tardío, que es en el fondo el responsable del cuadro clínico. En este aspecto uno de los fármacos que sí actúa bloqueando la acción inflamatoria es el Ketotifeno, quien actúa bloqueando al Factor de Activación Plaquetario “FAP” que interviene en el reclutamiento de los Eosinófilos hacia el sitio del conflicto inmuno-alergológico; de allí su incremento en el moco nasal, bronquial, conjuntival de origen alérgico, y también actúa bloqueando la acción de la Proteína Básica Mayor “PBM”, el cual es producido por un tipo de Eosinófilos denominados hipodensos, con un efecto quelante sobre el epitelio respiratorio y con un efecto CILIOSTÁTICO, condicionante de un bloqueo del Barrido Muco-Ciliar, con el consiguiente encharcamiento bronquial

BLOQUEO DE LA DEGRANULACIÓN.

Los Beta-receptores cuando son estimulados por la adrenalina, isoproterenol o el salbutamol, activan a una Adenilciclasa que transforma al ATP (Adenosin-Tri-Fosfato) en AMP-c, y el incremento de este último, inhibirá la liberación por degranulación de los mediadores intracitoplasmáticos de la alergia; pero desafortunadamente este AMP-c es prontamente degradado por la Enzima FOSFODIESTERASA, efecto este que podemos bloquear con las METILXANTINAS, logrando así mantener una alta concentración del AMP-c, lo que nos explica el efecto terapéutico y profiláctico de estas drogas; pero desafortunadamente estas drogas tienen un estrecho margen de seguridad, entre su efecto terapéutico y sus reacciones secundarias indeseables como: irritabilidad, vómitos, náuseas etc., motivos suficientes para mantener un estricto control de su dosificación y concentración plasmática, la que en términos medios debe estar en el orden de los 10 a 20 mcgr/ml, lo cual es lograble con una dosificación de unos 500mg/dia.

Entre los otros fármacos bloqueadores de la degranulación, por estabilización de la membrana de los mastocitos y basófilos están el Cromoglicato y los Esteroides; el CROMOGLICATO, es un excelente modulador de las alergias respiratorias, el actúa por un probable mecanismo sobre el Ión Calcio en su efecto sobre la permeabilidad de la membrana del mastocito, acción que al ser bloqueada impide la liberación de la histamina y de las otras sustancias farmacoactivas. Otro de los efectos de esta droga, el que amén de bloquear profilácticamente el bronco espasmo inmediato por el mecanismo antes descrito, el también bloquea la hipersensibilidad TARDÍA en el asmático, reacción esta que se suele suceder 6 a 12 horas de aparecido el cuadro agudo; de allí su importancia como droga PROFILÁCTICA, ya que esta reacción Tardía no es bloqueada por las drogas Beta-adrenérgicas. Esta es la razón que creo sea suficiente, para comprender el fracaso de esta droga en las crisis agudas, donde si actúan los Beta-adrenérgicos, amén de que tampoco actúa sobre los receptores “H1”; su mejor acción es como profiláctico, muy especialmente en los niños, cuando el ejercicio actúa como desencadenante de sus crisis de asma.

El Ipratropium como congénere de la Atropina, tiene la ventaja de no ser absorbida en la mucosa respiratoria, razón por lo que al no pasar a la sangre, tampoco pasará la barrera hemato-encefálica y por ello, el paciente no sufrirá de los indeseables efectos secundarios de la Atropina. Su problema radica en que su efecto bronco dilatador es corto del orden de los 60 a 90 minutos, pero de uso muy útil cuando se ha fracasado con otras terapias antiasmáticas; su mecanismo de acción es por bloqueo del efecto Acetilcolínico sobre la musculatura lisa de Reissensen bronquial e inhibe la producción de moco.

En todo este complejo campo de la terapia antiasmática, se ha observado recientemente que cuando se usa TEOFILINA en un paciente que está recibiendo drogas Beta-bloqueantes, el que se puede suceder un efecto sinérgico de tipo CARDIOTOXICO, que puede inducir la muerte de este paciente; razón que considero sea suficiente para ser muy precavido en su uso sobre pacientes con afecciones cardíacas o en asmáticos con edades mayores de 40 años.

Todos estos aspectos razonados, nos indican el que la terapia antiasmática y antialérgica no puede ser STANDARD, sino que ella debe ser individualizada para cada paciente de acuerdo a su edad, sexo, profesión, intensidad y frecuencia de sus crisis, de los factores condicionantes y desencadenantes. De lo contrario se estaría efectuando una terapia empírica.

A la luz de los conocimientos actuales, no se puede seguir viendo a las enfermedades alérgicas, como un mundo de patología mágica e incomprensible y mucho menos el de usar los fármacos empíricamente o como curativos por Dogma de Fe.

Valencia:18-1-2017

 
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Publicado por en 4 de marzo de 2017 en CIENTÍFICO